Hoy en día el protocolo MIDI, nos permite controlar cualquier parámetro de cualquier sintetizador, integrar cualquier dispositivo en mil y una posibilidades, editar cualquier valor y modificarlo en el tiempo, con solo conectar un cable entre los equipos. Pero antes, todo esto no se podía hacer, así que los fabricantes diseñaron un modo de controlar el flujo de la señal interna entre los módulos de los sintetizadores o varias máquinas entre si. Ese sistema es el CV/GATE o Control Voltage/Gate.
El Control Voltage, o CV, asigna una tensión eléctrica determinada a cada nota de la escala y así si tocamos el Do central, el aparato emitirá una tensión que será reconocida por cualquier otra máquina dotada de capacidad CV/Gate, permitiendo tocarla. Por otra parte, el Gate determina la duración del evento.
Resumiendo, si pulsamos una tecla, una parte del circuito se encarga de codificarla según tensión, mientras la otra parte define cuanto dura.
Esto obligaba ha que el ‘programador’ de sonidos analógicos, tuviera que recurrir a la imaginación a la hora de modular parámetros que en máquinas MIDI, estarían resueltos en segundos. La configuración de la ruta de la señal, mediante cableados (patches) hacía de la programación de estas máquinas todo un arte.